Durante el sueño procesamos la información del día, y recuperamos las fuerzas y energías gastadas.
Por lo que si durante el sueño sufrimos ALTERACIONES, notaremos las consecuencias al día siguiente, en forma de cansancio, somnolencia e irritabilidad.
Roncar, tener una respiración irregular, o sufrir despertares nocturnos…son varios de los síntomas del SÍNDROME DE APNEA HIPOPNEA DEL SUEÑO (SAHS).
Además los pacientes, se levantan muchas veces para ir al baño por la noche, se suelen despertar con la boca seca, notan cansancio al día siguiente, dolor de cabeza… e incluso pueden sufrir hinchazón de piernas, ser hiperactivos o tener depresión.
Cuando se sufre, el paciente tiene apneas o hipopneas, es decir se obstruye el paso del aire por la faringe (de manera completa o parcial) y muchas veces no son conscientes de ello.
Aunque el SAHS no tiene cura, ciertas medidas pueden ayudar a los pacientes; como dormir de lado, perder peso, dejar de fumar, evitar el consumo de alcohol, evitar cenas copiosas, hacer ejercicio… o iniciar un tratamiento con CPAP (un aparato que mete aire de manera continua, para que las vías respiratorias no se cierren y así no se produzcan paradas). Con él ayudamos a que el oxígeno nos llegue de forma adecuada, ya que si no, este problema puede provocar hipertensión y problemas cardiovasculares o cerebrovasculares, además de somnolencia diurna o fatiga crónica, debido a que no se tiene un sueño reparador.
El tratamiento quirúrgico estaría indicado en caso de que existiesen pólipos o hipertrofia de amígdalas; o en caso de que la mascarilla de la CPAP no se tolere bien porque hay algún daño en la vía aérea superior.
Ante esta situación, la fisioterapia respiratoria, ayuda a los pacientes a eliminar y drenar el exceso de secreciones producidos en caso de procesos infecciosos que pueden agravar más el cuadro existente.